De: La Frikipedia, la enciclopedia extremadamente seria. De: La Frikipedia, la enciclopedia extremadamente seria.
Todo empezó poco después de la Feria de Abril de Sevilla, cuando una divertida y pizpireta periodista, fusión de la reputadísima Marina Castaño y la líder de las Jessis (Belén Esteban) llamada Sara Gallardo (a partir de ahora la periodista que tenía la boca como una barra de pan) recibió una carta (que no una llamada en el móvil, pues eso es de frikis) que venía a darle la buena nueva:
Y así lo hizo. Pluma de ganso en ristre (obviamente no utilizó un ordenador, eso es de frikis), la periodista que tenía la boca como una barra de pan se dispuso a escribir el primer borrador del maravilloso artículo que la llevaría la fama de la mano de la simpatía de la sociedad. Pues, cuál fue su sorpresa cuando apoyó su pluma de ganso sobre su papiro y se percató de que ¡no había tinta en el tintero! Ni corta ni perezosa, se acercó enca' del pescaero para que le despachase tinta de un calamar. Y lo consiguió sin problemas, cómo no.
La periodista que tenía la boca como una barra de pan era muy mañosa y señora de su casa. Nunca tuvo ningún tipo de problema para llevar a cabo tareas domésticas tales como ir al río a lavar la ropa, al lagar a hacer aceite o a uno de los hornos de Sevilla a hacer mantecaos. Cuando por fín se vio otra vez en su mesa, y después de haberse cultivado a propósito del tema de su artículo mediante libros, papiros, inscripciones en granito, etc. a propósito de la evolución del frikismo durante la última mitad del siglo XX y principios del XXI (por supuesto de películas no, que eso es de frikis) e incluso una visita a las cuevas de Altamira de la mano del Imserso, escribió las dos primeras frases de lo que sería su canal hacía el estrellato (canal, que no autovía, eso es de frikis):
Ella misma quedó perpleja ante tal derroche literario, -qué verbo tan despierto- exclamó. Pero empezaron a pasar los días, uno y otro, y uno y otro más, y por su pizpireta 35 de mayo (véase la ironía) y su artículo no avanzaba. Mas la periodista que tenía la boca como una barra de pan no se dejaría vencer por esto.
Fue en ese momento cuando descubrió que no tenía más que hacer lo que mejor sabía hacer: no pensar y escribir lo primero que se le ocurriese. Ahora ya sí que no había marcha atrás (¿te suena el término, eh?) Le surgían las frases como si de un chorro de mosto al exprimir la vida recién vendimiada se tratase. Emanaba igual, manchando todo lo que tocaba a su paso. Pero la mancha se hizo taaan y taaan grande que, poco a poco, empezó a mancharla también a ella, y comenzó a mutar físicamente. Se quedó en su agujero negro para siempre, vestida de negro, autodenominándose Venom-A y marcando y guardando su territorio para que no lo invadiera el frikismo.
Nunca escribas artículos sin saber de que estás hablando. Enhorabuena, Sara, ya eres parte del mundo friki (puede que hasta te salgan granos... y quizás no sea en la cara).
Última hora: Sara Gallardo, consciente de la que se le estaba viniendo encima, y asustada de la cantidad de gente que la miraba mal por la calle o escribía cosas en libretitas negras cuando la veían, ha decidido rectificar.
"Antes que nada, debido al revuelo que se ha montado con mi último artículo, quiero pedir disculpas a todas aquellas personas que se hayan sentido ofendidas. Mi intención era bien distinta. Exagero a los personajes con el fin único de sacar una sonrisa (una sonrisa a tu puta madre), eso es todo. Siento no haberlo conseguido"
(Sara Gallardo, en el último ejemplar de El Escaparate de Sevilla)
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